Estoy dispuesta a olvidar, dispuesta a perdonar. En las encrucijadas del destino puedes llegar a vender tu alma si es así como lo deseas. ¿Crees que es necesario? El perdón siempre será mejor que la venganza, prefiero que la sangre no corra y que se quede en los conductos del infame.
La ira, la furia, la cólera, amigas desde siempre, compañeras de disgustos, invaden muchas mentes de hoy en día. Tal vez la religión no sea mi punto fuerte, pero ¿es tan difícil perdonar? ¿Es más agradable tratar de urdir un plan maestro malvado y genial que al mismo tiempo infrinja tanto daño o más, del que hemos recibido nosotros?
La vida no es tan complicada, poseemos las herramientas, aunque no el manual. Un artista pintará o escribirá su mundo, un obrero lo construirá, un profesor lo enseñará... Pero al fin y al cabo siempre será propio, a menos que comparta con alguien especial. En ese caso, tendremos que ser fuertes e intentar que nuestro comportamiento sea razonable a la vez que loco, pero en el buen sentido. Habremos de buscar e investigar, divertirnos, y, cuando algo salga mal, ser capaz de mirar a los ojos a esa persona y decir: Lo siento.
Es mucho más cómodo y reconfortante para uno mismo y para los demás ir con una sonrisa dibujada en el rostro: Si estás triste sonríe, porque más vale una sonrisa triste, que la tristeza de no verte sonreír.